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miércoles, 23 de marzo de 2022

Y Mi Voz Que Madura (2002)


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Discos Pueblo
Catálogo: CDDP 1228
Maru Enríquez con Jaime López
  1. Epitafio
  2. Visión de la lluvia
  3. Silencio, silencio
  4. Fonógrafos
  5. Se necesita luz
  6. Yo también hablo de la rosa
  7. Estatua
  8. A la deriva
  9. Nocturno grito nocturno
  10. Ángeles puritanos
  11. Y mi voz que madura
  12. Deseo
  13. Melancolía sin tristeza
  14. Volver
  15. Bajo el sigilo de la luna*
Músicos:
  • Maru Enríquez (voz)
  • Montserrat Revah (percusiones)
  • José Areán (bajo)
  • César Olguín (bandoneón)
  • Rodrigo Garibay (saxofón)
  • Aarón Cruz (contrabajo)
  • Pablo Lach (batería)
  • Leoncio Lara Bon (teclado, guitarra eléctrica y acústica, voces)/li>
  • Jaime López (guitarras acústicas, voces)
Producción:
  • Producción: Bon y Pavón
  • Realización: Sergio Zurita
  • Dirección artística: Jaime López
Grabación:
  • Masterización: Juan Switalski
  • Ingeniero de grabación y mezcla: Pablo Lach
  • Asistente de grabación: Alejandro Ramírez
  • Estudio: La oreja de Gogh
Diseño:
  • Fotografía: Eniac Martínez
  • Foto calle: Pico Sánchez
  • Diseño: El ojo de Beethoven

En este trabajo Jaime López adapta diversos versos de Xavier Villaurrutia. Las canciones no son una musicalización de poemas completos de Villaurrutia, sino una adaptación de los mismos en la cuál llega a utilizar dos poemas dentro de una canción: (p.e. 'Epitafio' contiene versos tanto del poema 'Estancias nocturnas' como del poema 'Epitafios II') en algunos hace una selección de las estrofas de los poemas u organiza los versos bajo un sentido más de canción que de poema.

*En la información del disco la última pieza está titulada 'Bajo el siglo de la luna' pero el título correcto es 'Bajo el sigilo de la luna', contenido en el libro Primeros Poemas y así es como lo canta Maru Enríquez


EPITAFIO
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Sonámbulo, dormido y despierto a la vez,
en silencio recorro la ciudad sumergida.
¡Y dudo! Y no me atrevo a preguntarme si es
el despertar de un sueño o es un sueño mi vida.

En la noche resuena, como en un mundo hueco,
el ruido de mis pasos prolongados, distantes.
Siento miedo de que no sea sino el eco
de otros pasos ajenos, que pasaron mucho antes.

Duerme aquí silenciosa e ignorada,
quien en vida vivió mil y una muertes.
Nada quieras saber de mi pasado.
Despertar es morir
¡No me despiertes!
Estrella que te asomas, temblorosa y despierta,
tímida aparición en el cielo impasible,
tú, como yo —hace siglos—, helada y muerta,
por tu propia luz sigues siendo visible.

¡Seré polvo en polvo y olvido en olvido!
Pero alguien, en la angustia de una noche vacía,
sin saberlo él, ni yo, alguien que no ha nacido
dirá con mis palabras su nocturna agonía.

Duerme aquí silenciosa e ignorada,
quien en vida vivió mil y una muertes.
Nada quieras saber de mi pasado.
Despertar es morir
¡No me despiertes!

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VISIÓN DE LA LLUVIA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

La lluvia semeja sucia muselina
que se deshilacha en la hierba fina
y el sol desmayado se esfuma a lo lejos,
apenas enviando pálidos reflejos.
¡Visión de la lluvia! ¡Visión de la lluvia!

Va por el camino lodoso y helado
con los ojos fijos, sin volver al lado
la cabeza baja y las manos yertas
que parecen lilas marchitas o muertas...
¡Visión de la lluvia! ¡Visión de la lluvia!
¡Visión de la lluvia tan lenta y tan triste
que cantando llora y de gris se viste,
que nubla el paisaje de la carretera
con las humedades de su cabellera...!
¡Visión de la lluvia! ¡Visión de la lluvia!
¡Visión de la lluvia! ¡Visión de la lluvia!

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SILENCIO, SILENCIO
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Silencio, silencio
que todo lo oyes,
como los niños tímidos
desde los rincones,
dame tu consuelo,
dame tu consejo.

¿Qué hare si él está,
con el cuerpo cerca,
con el alma lejos?

Al viento, al viento
yo se lo decía
y el viento, y el viento
por oír su son,
su son, no me oía.
Al agua, al agua
se lo repetía,
y el agua, y el agua
por verse en mis ojos
no me respondía.

Al cielo, al cielo
yo se lo gritaba,
y el cielo, y el cielo
no sé si me oía
¡Tan alto así estaba!

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FONÓGRAFOS
Xavier Villaurrutia, Jaime López

El silencio nos ha estrujado,
inútiles, en los rincones,
Y nos roe
un retrato,
una palabra,
una nota.
Nos roe, nos roe, nos roe.

El presente y el futuro
los inventaron
para que no lloráramos,
no lloráramos, no lloráramos...
Y el corazón de acetato
-sin diástole ni sístole-
enloquece bajo la aguja
y sangra en gritos
su pasado.
El silencio nos ha estrujado.

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SE NECESITA LUZ
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Se necesita luz en esta alcoba,
se necesita luz
porque nunca los dientes de la loba
hieren en plena luz...

Apáguense los rezos un momento
no vaya a despertar,
apáguense los rezos que presiento
que va a llorar...

Fuera, fuera esa negra mariposa.
Fuera, fuera ese presagio fatal.
Fuera, fuera la noche tenebrosa.
Fuera, fuera, abriendo el ventanal.
Ya despierta el enfermo. Sus ojeras
se han señalado más...
Ojalá que no sean agoreras
del sueño de jamás.

Se necesita luz en esta alcoba,
se necesita luz
porque nunca los dientes de la loba
hieren en plena luz...

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YO TAMBIÉN HABLO DE LA ROSA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa fría
ni la de piel de niño,
ni la rosa que gira
tan lentamente que su movimiento
es una misteriosa forma de la quietud.

Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa sedienta,
ni la sangrante llaga,
ni la rosa coronada de espinas,
ni la rosa de la resurrección.
Yo también hablo de la rosa.
Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa veleta,
ni la úlcera secreta,
ni la rosa puntual que da la hora,
ni la brújula rosa marinera.
ni la rosa de pétalos desnudos.

Yo también hablo de la rosa.
Pero mi rosa no es la rosa rosa
sino la inmaterial,
la sumergida rosa,
la nocturna,
Yo también hablo de la rosa.

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ESTATUA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Te has hecho unos ojos duros,
sin fondo y sin horizonte,
que no miran, que no miran,
que no quieren que otros ojos
curiosos, lentos, los miren.

Te has hecho, pacientemente,
con un cuidado infinito,
infinito, infinito,
un cuerpo, un cuerpo de mármol,
pulido, perfecto, frío.

Y es inútil que otros ojos
pretendan tocar los tuyos
con dedos de luz,
con rayos que no ciegan
ni hacen daño.
Te has hecho un mundo de estatua.
Te has hecho un mundo de estatua,
lleno de ti, para ti.

Y es inútil que otros cuerpos
intenten de cerca verte,
con los ojos misteriosos
de la piel y de los dedos
y de los labios despiertos

Y es inútil que otros ojos
pretendan tocar los tuyos
con dedos de luz,
con rayos que no ciegan
ni hacen daño.

Te has hecho un mundo de estatua.
Te has hecho un mundo de estatua,
lleno de ti, para ti.

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A LA DERIVA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.

Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.

Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.

Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.
Pero amar es también cerrar los ojos,
y navegar sin rumbo, a la deriva.
A la deriva, a la deriva, a la deriva.

Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte

Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.

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NOCTURNO GRITO NOCTURNO
Xavier Villaurrutia, Jaime López

¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle incendiando?

Nocturno, grito nocturno.
¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?

Nocturno, grito nocturno.

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ÁNGELES PURITANOS
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Si del mar viene el placer
y el placer es aquí es un pecado
ya no saben que hacer
para tener al mar emparedado.

Un pecado nuevo ha creado
el exceso de vestido,
distinguido y bien mirado
en nada se distingue del nudismo.
Los ángeles puritanos
para disimular su vuelo,
en traje de baño
se tiran al fondo del cielo.

La moral consabida
en hoteles y ascensores
exige diferente salida
a las damas y a los señores.

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Y MI VOZ QUE MADURA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre

Para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?

Y mi voz ya no es mía
Y mi voz ya no es mía
Y mi voz ya no es mía
Y mi voz ya no es mía
Dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
cae mi voz

Y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura

Como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada.
Nada, nada, nada.

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DESEO
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Amarte con un fuego duro y frío.
Amarte sin palabras, sin pausas ni silencios.

Amarte sólo cada vez que quieras,
y sólo con la muda presencia de mis actos.

Amarte a flor de boca y mientras la mentira
no se distinga en ti de la ternura.

Amarte cuando finges toda la indiferencia
que tu abandono niega, que funde tu calor.

Amarte cada vez que tu piel y tu boca
busquen mi piel dormida y mi boca despierta.

Amarte por la soledad, si en ella me dejas.
Amarte por la ira en que mi razón enciendes.

Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.

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MELANCOLÍA SIN TRISTEZA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Melancolía sin tristeza
si no me haces suspirar
¿porqué inclinas sobre el hombro mi cabeza?

¡Ay!, rodar otra vez en los divanes
de suave, suave musgo recortado,
dejando al corazón abandonado,
jugando al laberinto por las calles.

¡Ay!, inútil languidez de infancia
en tí no oí al corazón latir
y hoy que se apresura o se cansa
es ya cuando comienza a existir.
¡Ay!, ¿porqué la vida se complica
como el vuelo de esa golondrina
que burla toda geometría?

¡Ay!, yo sé que también la golondrina
alcanzándose rápida y derecha
atraviesa lanzando un grito herida
y ella misma es la víctima y la flecha.

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VOLVER
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Volver a una patria lejana,
volver a una patria olvidada,
oscuramente deformada
por el destierro en esta tierra.
¡Salir del aire que me encierra!
y anclar otra vez en la nada.
La noche es mi madre y mi hermana,
la nada es mi patria lejana,
la nada llena de silencio,
la nada llena de vacío,
la nada sin tiempo ni frío,
la nada en que no pasa nada.

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BAJO EL SIGILO DE LA LUNA
Xavier Villaurrutia, Jaime López

Ayer, bajo el sigilo de la luna lejana,
nada turbó el reposo del abierto jardín,
ni el quebranto de un vuelo, ni la sombra de un ala,
ni el temblor de una estrella, ni el rumor de un festín.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.

Ayer, bajo el sigilo de la luna.

Allé se abrió el retablo de la ingrata memoria,
donde fue un girasol el goce prematuro,
un derrame de escencias fue la dicha ilusoria,
y el dolor y la pena las voces de un conjuro.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.

El agua en el pozo paralizó sus ansias,
dijo con sus cristales virtudes olvidadas,
como nuestras abuelas en las viejas estancias,
con los ojos abiertos y las manos cansadas.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.

Y así, suspensa el alma por emoción divina,
el ayer de la vida no fue claridad vana,
y supo el corazón lo que punza una espina...
Ayer, bajo el sigilo de la luna lejana.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.
Ayer, bajo el sigilo de la luna.


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