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lunes, 21 de marzo de 2022

Jaime López


Juana (Jaime López). Jaime López voz y guitarra; Beto Delgado sax soprano. Grabada en el Estudio 'A' de Radio Educación en una sesión durante 1987, que llamamos "Por Las Azoteas", realizada por Álvaro Mejía. Producción Rodrigo de Oyarzábal

Discografía de Jaime López
Video No ando buscando a Jesús
Video Blue Demon Blues

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Juan Jaime López Camacho (Matamoros, Tams. 21 enero 1954) es, sin lugar a dudas, uno de los grandes genios creativos de la música popular mexicana.

Desde 1969, en que llegó a la capital: "Venía a hacer la Prepa como buen campeón/y si la hice pero afuera del salón", López, aferrado a él mismo, se ha abierto paso y espacios, derrumbando obstáculos propios y extraños que han salido a su paso para finalmente (como el mismo diría: "¡México, creo en mí!") ser reconocido por un amplio sector de público y medios como un compositor con derechos propios, dentro de lo más granado de la composición de canciones en el mundo.

Si aplicamos el término "songwriter", escuchar a Jaime es descubrir la potencialidad del español en las letras de rock... y de cumbia y de danzón y de norteña: un deleite total.

Decidido impulsor de las figuras retóricas de nuestra lengua, se regocija con las aliteraciones: "amar a Martha era mi tarea", "da de saltos el santo asaltando", era el ladrón de Laredo", “líquida adivina diva del diván", "una edad que ya no sueña, y suena”; utiliza con frecuencia el hipérbaton: "a cada instante más tu mundo se derrumba", durmientes atrás quedaba ahí su breve figura", "me acabo este mes de casar", "bajo la manga nunca veo el puñal", "mas volvióse su faz tez de oro"; la sinestesia se hace presente: "mis saludos más helados", "una mano fría olvida", "tal vez te suenen mis palabras a humedad ahumada urbana"; la metáfora no pasa desapercibida: "el baúl se tragó el papel", "darle de comer al cenicero", "las copas escoltaban nuestros platos"; el oxímoron dice ¡presente!: "lucero de mi oscuridad", "es tan dulce que amarga", "con fuego en el frío", la antítesis no puede faltar: "Me siento bien pero me siento mal" y, por supuesto, no se restringe cuando se trata de soltar una cacofonía: "Si ya tu viscera cardiaca cacarea queja a queja" que canta, como bien lo dice, con un puñal clavado en el hígado. No ha sido en vano su relación con poetas como José Joaquín Blanco, Silvia Tomasa Rivera, Ricardo Castillo o Alejandro de la Garza, entre otros.

Puntual como pocos, sabe cuando utilizar el artículo determinado 'el' o el indeterminado 'un' en sus canciones y es de los rarísimos compositores en español que no se postra ante la letra encajada a la fuerza y respeta la prosodia, dentro de un mar de esdrújulas y gerundios propios del castellano, para ponerse a la par de una lengua monosilábica como el inglés, más proclive al fraseo en el rock, sin desmerecer en absoluto.

Es dueño de una producción prolífera, con una amplitud muy poco usual en cuanto a la temática de sus canciones, con un dominio consciente del lenguaje, con un manejo preciso de los giros idiomáticos de nuestra geografía, con una adecuación rápida y rotunda de canciones en otras lenguas al español. A principios de los 80s preparó un espectáculo en el IFAL, para el cual montó, con un apego total al espíritu de otro gran compositor, el francés Boris Vian, varias de sus canciones añorables y así escuchamos 'Je bois': "Chupar, sistemáticamente/para olvidar a los amigos de mi mujer" o la exquisita 'Fait moi mal, Johnny': "Azótame, con el latigote/azótame".

Jaime, que durante su vida ha ido constantemente "del calor a lo frío" de costa a costa y por buena parte del norte de la República Mexicana, considera a la hoy Ciudad de México como la tercera frontera del país y, así como ha homenajeado a las diversas ciudades y regiones donde ha vivido, ha dejado un himno generacional para los habitantes de esta capital: la 'Chilanga Banda'.

En el aspecto experimental de la música, ha sabido moverse en alianzas con músicos innovadores con quienes también ha marcado hitos dentro del rock mexicano. El laureado trabajo con José Manuel Aguilera en Odio Fonki y No más héroes por favor fue antecedido por el experimental y progre Cenzontle, basado en un poema de Pablo Ulrich, en 1983.

López, como pocos, ha sabido dar lectura a los aconteceres políticos y sociales del país y los clarifica, antes que muchos, causando escozor y rabia entre los gurús que se sienten intocables desde su púlpito de labia: "Los señoritos por siempre con sus desplegados/los señoritos de siempre en el mitin de hoy/en su importante grupito de no más de cien/los señoritos jugando a la revolución;/así se carguen a los de abajo/y hasta se caiga el propio país/siempre ha de haber escudos humanos/y un lugarcito a salvo en París".

Su mismo proceso creativo lo ha convertido en un especialista en inaugurar disqueras y sitios para tocar. Sus primeros discos de 45rpm: El General Constante, Bonzo/Mi amor no sirve de nada y Cenzontle echaron a andar los proyectos de sendas disqueras (que no pasaron de 3 discos) Discos Roquefón de Ricardo Pérez Montfort, Lunátic de Willie Luna y Unicornio-Penélope de Ilya y Yuri de Gortari. De la misma forma le ha podido dar forma a Ilusiones Puerto Bagdad.

En el plano radiofónico Jaime grabó con Alain Derbez la adaptación para radio de El General Constante, que se transmitió originalmente por Radio UNAM. Para el '84 grabamos en Radio Educación, con la Cecilia, el espectáculo que ambos presentaban por entonces: Corazón de Silicón, una trabajo que logramos transmitir y que después de su salida al aire fue apañado, por el entonces director administrativo de la estación, cuyo apellido de no gratos recuerdos es Montañez y mandado borrar sin dar explicación alguna. Este, sin duda, ha sido el acto más gandalla que haya recibido yo en Radio Educación durante toda mi vida laboral ahí y que motivó que escribiera una carta de reclamo al entonces director: Héctor Murillo Cruz. Fue una censura de rebote, es decir, la cinta no fue censurada antes ni durante su salida al aire pero su confiscación y borrado evitaron la posesión y resguardo de un trabajo artístico por una decisión puritana.

Cuenta con una vasta producción fonográfica, es interpretado por más de una docena de artistas, es un letrista adelantado a su época, vive un presente creativo con una historia que, nostalgias al margen, es una sólida columna vertebral para el rock mexicano.

Desde luego que Jaime López es el compositor mexicano que más me impresiona, capaz de sorprenderme al paso del tiempo, reinventándose y divirtiéndome, ha podido encontrar su espacio dentro de esta vorágine y, al paso del tiempo, se ha sabido mantener vigente; siempre tiene una opinión propia y el coraje de vaciarla en una canción donde puede ganar, empatar o perder; así como utilizar un lugar común, eso sí, con voz propia.

¿Qué más puedo decir de Jaime López?



Conocí directamente a Jaime a finales de los años 70s en casa de Lupe Sánchez (la cuarta integrante de Un Viejo Amor que ya no apareció en las Sesiones con Emilia), allá por Miguel Ángel de Quevedo. Fue la primera ocasión en que hablamos. Yo lo había visto presentarse con el grupo en las peñas (recuerdo El Nahual) pero hasta ese día charlé con él.

Posteriormente me convertí en un asiduo asistente al Foro Tlalpan. Recuerdo muy claro el día en que compré ahí, en el Foro, recién salido del horno, el Boncito, su segundo disco como solista, con la portada de Manuel Ahumada.

En Editorial Penélope, junto con Ilya, Yuri, Ricardo Castillo, Pablo Ulrich, Silvia Tomasa Rivera, José Joaquín Blanco, Alejando de la Garza, el Colibrí, Catana y demás tropa pasamos muchas horas reinventando el mundo y así pude conocer más de cerca su trabajo creativo, tras bambalinas, entre un balón de fútbol y un tequila mañanero.

Ya estando en Radio Educación, pues fue de mis primeros invitados.

Grabó una versión inédita de su danzón acapella 'Lo que te voy a contar' acompañado al piano por Jorge 'el Coco' Bueno y luego el Coco una versión de la misma a piano (con llaves), que me ofrecieron como rúbricas para la serie En el rol de todos los días (Radio Educación -1986-1988).

Con la intención de darle cuerpo a Ilusiones Puerto Bagdad utilizamos distintas grabaciones que habíamos hecho en Radio Educación y en mi casa durante varias sesiones. De un reven en casa surgió la idea de hacer un caset con esas rolas y así nació Oficio sin Beneficio y al poco tiempo, con las que grabó para seleccionar el repertorio del disco Jaime López (Nueva York, 1989) y que no fueron utilizadas, más otra serie de canciones que él había grabado tocando todos los instrumentos, editamos 15 Demos, ambos en 1992 y con la intención de que sólo fueran producidos en caset. Dentro del mismo proyecto, al recuperar Jaime las cintas originales y la autorización para su tiraje en CD de parte de Eduardo Salas, al año siguiente reeditamos juntos 1a. Calle de la Soledad en CD.

Tanto en su vieja guarida de Tennis, en la Country Club, como en Transilvania en la Del Valle, y recientemente en Portales, cuando llegas a verlo, estás en posibilidades de conocer su trabajo reciente, la letra en papel y la canción a la guitarra o en archivo digitalizado.


3 comentarios:

Abril Schmucler I dijo...

Interesante tu blog, me acabo de encontrar con él y en verdad me alegra que se puede disfrutar un espacio así para estos músicos y letristas, grandiosos poetas, y poco valorados en general.
Yo hice el video clip de No ando buscando a Jesús, también me alegró mucho que lo hayas puesto.
Sería un gusto conocerte o comunicarnos por esto, creo que es importante mantener lugares como el tuyo.

Anónimo dijo...

Rodrigo y Jaime, dos talentos. Sería posible conseguir el video de la participación de Jaime en la OTI? Considero que es un material histórico, por encima de las críticas que despertó, ahí cambió la historia, porque lo subterráneo brincó hasta la ventana y dejó claramente lo que es la contracultura y lo que es la televisión. Abrazos Gerry Meneses

Aquí Radio dijo...

Boletoso Gerry: gracias, pues no tengo ni la más mínima idea de donde encontrarlo. Supongo que debe andar rolando por la red en YouTube. Si no tal vez telerisa sea una opción.