Bon (guitarra, batería, teclados y efectos electrónicos, cadenas off-Brownsville)
)
Marcelo Aramburu (guitarra)
)
David Corral (acordeón)
)
Roberto Ávila (contrabajo)
)
Jaime "el Oso" Pavón (voz en cabina, click)
Los Niños Cantores del Heróico sonido 13 (coros, palmas)
Producción:
Director técnico: Bon
Ingeniero de grabación: Marcelo Aramburu
Ingeniero de mezcla: Jaime Pavón
Masterización: Juan Switalski
Estudio de grabación: La Oreja de Gogh, Muvesa
Producción ejecutiva: Alejandra Díaz
Producción general: Prodisc México, S.A. de C.V.
Diseño:
Fotografías: Jaime Navarro
Diseño arte: CodicE Diseño Gráfico
Colaboración de arte: Daniela Villaseñor
Las canciones son materia viva y cantarlas es una experiencia viva. Luego entonces, grabar siempre será una aventura en vivo.
A mi me basta, por hoy, una armónica, la voz, una o dos guitarras, un piano, el acordeón, un contrabajo y, por qué no, las viejas palmas y un tablao.
Suelo estar desenchufado, aquí en mi bóveda craneana hundido, pero nada mejor que enchufarme con la humanidad a través de un disco... compacto, desde luego.
Jaime López
AGUAS REVUELTAS Jaime López
Nací en aguas revueltas un día sin sol ni abrigo,
al verme lívido y mudo, mamá fue la que dio el grito.
Y aún es que ando buscando el fuego que me caliente,
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
Seguro que fue en la escuela donde el foco me apagaron,
con tantos orientadores quedé más desorientado.
A ciegas sigo buscando la brújula que me oriente,
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
Un líder tras otro líder me dieron sus direcciones
y mira que a río revuelto, ganancia de pescadores,
Y es fecha que no he encontrado la ruta del sol naciente,
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
Estamos ya grandecitos, no es hora de claudicar.
Reinita, tu ven conmigo que hambre no te va a faltar.
Se nota por las escamas que somos la misma gente
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
¡qué vida la del salmón nadando a contracorriente!
La diligencia, mi amor ya no circula,
ni el Doroteo aquel un tal Arango,
ni aventureros ni vagos valedores,
¿será por eso que nadie va a Durango?
Aquí la mano de dios esta re-lejos
"será por ser tan ateos" dice un bato;
se fue Jonh Wayne y el pueblo es un fantasma
¿Será por eso que nadie va a Durango?
Hoy todo el mundo camina muy correcto,
las botas limpias sin polvo y ya sin fango;
no hay jirafas ni alucinaciones.
Por eso estamos tan solos en Durango
Ya el horizonte no es un potro bronco
Pepitas de oro no hay tan a la mano
No existe más de esa fiebre gambusina
¿Será por eso que nadie va a Durango?
Por el desierto no crece ya el delirio
La tarde pone su cara de venado
y la esperanza se extingue como lobo
¿Será por eso que nadie va a Durango?
Ella no es como la miel,
no,
no se le ve el porvenir;
sólo me deja en el cuero su marca
y en el clímax ve venados venir.
No,
ella no es como la miel.
La llaman Luisiana.
Ella jamás da marcha atrás,
no,
nunca al pasar pide perdón;
llega arrojándoseme al rojo vivo
y me deja todo asado al carbón.
No,
ella jamás da marcha atrás.
La llaman Luisiana.
La Lulú, Luisiana.
La Lulú, Luisiana y su fama fatal.
La Lulú, Luisiana, la divina frivolidad.
Por Belcebú, ella es Lulú.
Lulú,
a media luz, sola en su piel,
dice y dice: No hay decálogo en sábado. Y llora
por el fondo a la derecha Moisés,
bu,bu.
Por Belcebú, ella es Lulú
alias la Luisiana.
La Lulú, Luisiana.
La Lulú, Luisiana y su Fama Fatal.
La Lulú, Luisiana, la Divina Frivolidad.
A la mitad del recuerdo se oye un murmullo,
los conocí en el vagòn, vagabundos sin rumbo;
nos regalamos el tiempo inventando otro mundo,
uno no sabe si viene o no viene el futuro.
Uno no sabe si viene o no viene el futuro.
Cuando se va por el tunel oscuro y espeso,
sólo se quedan las voces flotando en el centro.
Nunca he sabido si existe un espìritu adentro,
sólo que el alma es la voz que nos sale del cuerpo.
Sólo que el alma es la voz que nos sale del cuerpo.
Vagón de vagabundos,
vagón de vagabundos,
vagón de vagabundos,
arrástrame a otro mundo.
Desde el caboose uno ve que el pasado nos sobra
y es este tiempo presente de hablar lo que importa.
Más que la cara y las mismas palabras que bordas,
es por el gesto y la voz que se ve lo que portas.
Es por el gesto y la voz que se ve lo que portas.
Vagón de vagabundos,
vagón de vagabundos,
vagón de vagabundos,
arrástrame a otro mundo.
De los recuerdos aquellos me queda presente
el guitarreo del tren en los bellos durmientes,
los vagabundos que cuentan su vida y su muerte
y uno està hecho de aquellos sonidos ausentes.
Y uno està hecho de aquellos sonidos ausentes.
Desde una edad muy temprana a trasnochar empecé,
lo atestiguaron la Lerdo, la Mariscal y ese hotel;
aquellas calles candentes de mi Juaritos aquel.
De chavalillo a'i andaba de las nevadas de Juárez
a las heladas aquellas del solitario Nogales.
Y era yo un buqui trepado al tren de carga carnales.
Si soy un poco extremoso
n es por mi culpa amor mío,
no es por mi culpa amor mío.
Desde pequeño a lo loco,
voy del calor a lo frio,
Voy del calor a lo frio.
Los cactos rumbo a Nogales son oraciones al sol;
aquellas mismas biznagas por Tucson son de neón;
Hasta en el mero desierto hay una gran división.
Del huracán al tornado, del mar al seco paisaje;
En Matamoros fui huerco, después chavalo por Juarez
Y aquel cabrito ya era en buqui loco en Nogales.
Si soy un poco extremoso
n es por mi culpa amor mío,
no es por mi culpa amor mío.
Desde pequeño a lo loco,
voy del calor a lo frio,
Voy del calor a lo frio.
En el hondo pozo de los sueños
suelo yo lidiar con mis demonios,
pero al borde a veces solamente
reto al cielo raso en el insomnio.
Más mal no me puede ir,
ya estoy en un ataúd;
Rompí siete espejos ya
me voy con tu maldición.
Las escaleras se quitan a mi paso,
los gatos negros palidecen si me cruzo,
no tiene líneas la palma de mi mano
y las gitanas no me hablan ya ni en ruso.
Más mal no me puede ir,
ya estoy en un ataúd;
Rompí siete espejos ya
me voy con tu maldición.
Tus labios tibios quemaban mi cerebro,
tu piel de seda cedía sin vestido
y de repente fui a dar al cementerio,
la maldición es que sigo estando vivo.
Tres metros bajo tierra, escárbale bien,
tres metros a'i abajo del árbol aquel
están los huesos de nuestro amor.
Hay cruces en tu mente, recuérdalo bien,
tu cuerpo está de luto bailando, mujer, el muerto al pozo y el vivo al gozo.
Tres metros bajo tierra, escúchalo bien,
tres metros tierra adentro cambiando de piel
están los restos de un corazón.
Hay ruido en tu silencio, celébralo bien,
tu rostro es un velorio sonriendo, mujer, el muerto al pozo y el vivo al gozo.
Si la pena te cortó las venas
sólo ven y baila, sólo ven y baila.
La amargura te envenena, nena,
pero no te mata, pero no te mata,
porque todo se le acaba
sólo al que sin más palabaras
dice adiós bajo tierra.
Me dices que soy artista, que mi mundo es la ilusión
y los juegos de palabras -gracias por la distinción-,
pero quieres que te escriba de mi realidad en crudo,
no de tanta fantasía -perdón pero ese es mi mundo-.
Me dices que bien que entiendes lo sutil de mi estilo, ¡oh!,
pues solo soy un amante del placer, cariño mío;
por eso tú no me crees y, quizá, mejor quisieras
que mis cartas, por favor, sólo fueran verdaderas...
pero si te estás hundiendo en tu asunto nauseabundo,
deja darte una ilusión, al menos, ese es mi mundo.
Al menos ese es mi mundo, deja darte una ilusión,
deja darte una ilusión, al menos, ese es mi mundo.
No sabes exactamente a que diablos me refiero
cuando digo que "las noches son los días que no muero".
Con tanta palabra rara y tú fuera del poema
sé que vives solamente con la gente de a deveras.
Insistes en que te hable de las cosas en concreto;
de política, de credos y de algunos movimientos.
Me dijiste en la postdata: "Ya no quiero más ficciones
y guárdate las palabras sólo para tus canciones"...
pero si te estás hundiendo en tu asunto nauseabundo,
deja darte una ilusión, al menos, ese es mi mundo.
Al menos ese es mi mundo, deja darte una ilusión,
deja darte una ilusión, al menos, ese es mi mundo.
Los señoritos por siempre con sus desplegados,
los señoritos de siempre en el mitin de hoy,
en su importante grupito de no más de cien,
los señoritos jugando a la revolución;
así se carguen a los de abajo
y hasta se caiga el propio país,
siempre ha de haber escudos humanos
y un lugarcito a salvo en París.
Con el poder heredado de sangre en la tinta,
los señoritos bien son los abajo firmantes;
como por dios que la beca es de quien la trabaja;
los señoritos bien son no gubernamentales.
Organizados los pioneritos
con paliacates y mochilitas,
cual buen salvaje en selva de asfalto
vienen y van con su guerrillita.
Cuando la moda pasó por el mundo,
encuentra siempre ese punto de atrás
donde se atasca y no pasa jamás...
donde se atasca y no pasa jamás.
Ya cuando el hábito se ha salpicado de fango,
hay que curarse en salud con la gran salvación;
es lo que vienen vendiéndoles a los señoritos,
a todo aquél que de señorito pecó.
Hacen la guerra con paz y amor,
son regañones como Greenpeace
y alguna linda estrella de rock
baja a lavar su lana ahí.
Pues yo no estoy con rojos ni cristianos...
¡si fueron ambos mis perseguidores!
Si desde entonces iban de la mano
a izquierda y a derecha los censores.
Y no es por ir al centro con neutrales.
Detrás de la protestataria pose,
de los sesenta a los noventa actuales,
más bien los reaccionarios son de clóset.
Ya van saliendo a diestra y siniestra,
ya van cayendo por su propio peso
y toda esa medida maniquea
al hoyo con el siglo se va yendo.
Sermones, choros, rollos, estertores,
patada apocalíptica de ahogado;
incrédulos y mochos oradores,
me da lo mismo tibios que troyanos.
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